Existen algunas dolencias propias de la condición femenina o de la edad, que pueden presentarse de forma puntual o crónica. Son dolencias con un alto componente muscular no siempre asociado a alguna actividad física sino producto de procesos naturales como la menstruación o de actividades rutinarias de la vida cotidiana que agotan al organismo produciendo dolor muscular. Si bien no son consideradas patológicas, son dolencias que también requieren atención y cuidados para evitar que afecten la calidad de vida del paciente.